Este restaurante situado a las afueras de Peñíscola puede alardear de tener la mejor cocina vasca de la zona. Tan solo llegas al local encuentras en la barra una gran variedad de pinchos y diferentes vinos para degustar.
Nosotras nos decidimos por la carta y probamos el pulpo con crema de ajo, bacalao a la vizcaína y un entrecot acompañado de patatas panadera. Para los postres probamos un tatín de manzana, una porción de Pastel de Arroz (típica del País Vasco) y una cuajada casera. Estaba todo buenísimo.
Sin duda, un sitio para repetir en Peñíscola!
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